Cetoacidosis diabética

Contenido del artículo

      • ¿Por qué aparece la cetoacidosis diabética?
      • Consecuencias cetoacidosis diabética
      • Cómo prevenir la cetoacidosis diabética
      • Cetoacidosis euglicémica
      • Cetosis y cetoacidosis diabética
      • Conclusión

La cetoacidosis diabética es uno de los eventos más graves que pueden aparecer en personas con diabetes, especialmente en aquellos que padecen de diabetes tipo 1, ya que pone en riesgo la propia vida.

Los factores que suelen desencadenar su aparición son infecciones, la omisión de la aplicación de la insulina y la trasgresión dietética. La mayoría de los casos se da con el debut de la diabetes.

La cetoacidosis diabética aparece por la ausencia (o niveles demasiado bajos) de insulina y el exceso de hormonas contrarias a la insulina que veremos más adelante. Se caracteriza por la presentación de niveles altos de glucosa (>200 mg/dL), niveles altos de cuerpos cetónicos (>10 mmol/L) y acidosis metabólica (pH <7.3).

Los niveles altos de glucosa ya sabes qué es lo que son, no necesitan presentación. Los cuerpos cetónicos son unas moléculas sintetizadas a partir de ácidos grasos y que sirven de combustible alternativo para las neuronas cuando los niveles de glucosa están bajos.

Pero aquí los niveles de glucosa están altos, ¿por qué también lo están los de cuerpos cetónicos? Luego te lo explico, tú sigue leyendo.

Estos cuerpos cetónicos son ácidos, es decir, tienen un pH bajo, por lo que si se acumulan en exceso superan nuestra capacidad amortiguadora del pH y es cuando se da la acidosis metabólica.

Veamos a continuación cómo se da esta situación, y qué consecuencias trae consigo.

¿Por qué aparece la cetoacidosis diabética?

Bien, comencemos por el principio. Como sabes, la insulina es necesaria para frenar la producción de glucosa en el hígado, fomentar su almacenaje y dar la señal al resto del organismo, especialmente a la masa muscular, para captar la glucosa de la sangre.

Cuando los niveles de insulina son muy bajos, se da una sobreproducción de glucosa en el hígado. Además, si no hay insulina circulante, no se da su captación ni utilización por parte del resto del cuerpo.

Estos altos niveles de glucosa activan la liberación de distintas hormonas: glucagón, cortisol, adrenalina y hormona del crecimiento. Este acto, totalmente contraproducente, aumenta más los niveles de glucosa en sangre.

Por otro lado, la insulina también promueve la captación y almacenamiento de ácidos grasos en el tejido adiposo. ¿Qué crees que pasa si no hay insulina? Efectivamente, no se dará este almacenaje y, para añadir más leña al fuego, se estimula la liberación de ácidos grasos a la sangre.

Este exceso de ácidos grasos en la sangre hace que se active la formación de cuerpos cetónicos (hasta aquí esto es normal, ya que en un estado de ayuno o de dieta cetogénica este proceso también se da, como respuesta al estímulo que genera el glucagón), pero en este caso es mayor de lo normal.

Como he comentado, la acumulación de cuerpos cetónicos provoca la acidosis metabólica.

Consecuencias cetoacidosis diabética

La cetoacidosis comienza con un aumento de la necesidad de orinar, deshidratación, pérdida de electrolitos (sodio, potasio, cloruro, fosfato y magnesio) y de la sensación de sed. Este cambio de concentraciones provoca además que el agua salga desde el interior de las células al medio extracelular.

En muchas ocasiones también aparecen náuseas, vómitos, mareos y dolor abdominal.

Si no se trata inmediatamente, puede causar pérdida de consciencia, edema agudo de pulmón, edema cerebral e incluso la muerte. Por ello, si crees que puedes estar sufriendo una cetoacidosis diabética, pide ayuda de emergencia.

Con el tratamiento buscaremos, obviamente, corregir la deshidratación, reponer los electrolitos, retornar los niveles de glucosa a valores normales, revertir la cetosis y corregir la acidosis, para así evitar complicaciones.

Para ello, la administración de insulina es esencial, ya que, además de reducir los niveles de glucosa, frenará la liberación de ácidos grasos y la síntesis de cuerpos cetónicos, corrigiendo así también la acidosis metabólica.

Tradicionalmente se ha administrado bicarbonato al paciente para aliviar la acidosis metabólica, aunque la evidencia científica no apoya este hecho, puesto que no solo no mejora el estado del paciente, sino que puede empeorarlo.

Cómo prevenir la cetoacidosis diabética

Asegúrate de administrarte la cantidad necesaria de insulina si eres insulinodependiente.

Podría terminar este apartado aquí, ya que el consejo de arriba es el más influyente a la hora de desencadenarse una cetoacidosis. No obstante, un adecuado control glucémico y un monitoreo constante de los niveles de glucosa también son factores que nos ayudarán a evitarla.

Por último, debemos estar muy atentos en situaciones como infecciones, especialmente en niños, que predisponen a la aparición de estas cetoacidosis. Esto se debe a que las infecciones disparan los niveles de hormonas contrarias a la insulina, como el cortisol o la adrenalina.

En caso de presentar síntomas, como mareos, náuseas o micciones continuas, podemos medirnos los cuerpos cetónicos en orina, aliento o incluso en sangre, además de los niveles de glucosa.

Otro rasgo distintivo de elevación de cuerpos cetónicos es el aliento afrutado, debido a la presencia de acetona, uno de los cuerpos cetónicos que produce el organismo.

Cetoacidosis euglucémica

Aunque una de las características de la cetoacidosis es, como hemos visto, los altos niveles de glucosa, en raras ocasiones la cetoacidosis puede darse también con niveles normales de glucosa.

La cetoacidosis euglucémica supone todo un desafío a la hora del diagnóstico, debido a la normalidad en los niveles de glucosa.

Este tipo de cetoacidosis puede aparecer en distintos casos, como en pacientes que tomen inhibidores del SGLT2 (un medicamento antidiabético), aquellos que se han administrado insulina, pero han reducido la ingesta de alimentos, tras una elevada ingesta de alcohol o si la síntesis de glucosa está impedida debido a una enfermedad hepática.

Los inhibidores de SGLT2 son comunes en pacientes con diabetes tipo 2, y recientemente se están utilizando también en aquellos con diabetes tipo 1 o con LADA. Actúa aumentando la excreción de glucosa por la orina, lo que disminuye la liberación de insulina.

Esto estimula la liberación de ácidos grasos. Además, este medicamento provoca un aumento en los niveles de glucagón. Ambas situaciones aumentan la síntesis de cuerpos cetónicos.

Por tanto, debemos tener cuidado con esta medicación en pacientes insulinodependientes, y en estos casos sí sería una mejor estrategia evitar una dieta muy restrictiva en hidratos de carbono.

Cetosis y cetoacidosis diabética

En muchas ocasiones, especialmente en el ámbito diabético, confundimos la cetosis con la cetoacidosis.

La cetosis es el estado fisiológico (es decir, normal) por el cual los niveles de cuerpos cetónicos están elevados, dentro de un rango seguro, y nos sirven como combustible alternativo para por ejemplo alimentar a las neuronas. Es, por ejemplo, el estado normal de aquellos que siguen una dieta cetogénica.

En cambio, en la cetoacidosis los niveles de cuerpos cetónicos están descontrolados y es cuando se da el problema, ya que provocan la acidosis metabólica ya explicada.

Hablamos de niveles normales de cuerpos cetónicos cuando estos están por debajo de 3 mmol/L. En cambio, para empezar a hablar de cetoacidosis el nivel de cuerpos cetónicos debe estar en valores de como mínimo 10 mmol/L, es decir, una concentración más de 3 veces superior.

Siempre que la cantidad de insulina administrada sea suficiente, no hay riesgo de cetoacidosis, ni siquiera al seguir una dieta cetogénica (dieta restringida en hidratos de carbono).

En cambio, si dejamos de administrarnos la insulina, el riesgo de cetoacidosis es real.

Conclusión

La cetoacidosis diabética es una situación muy grave que puede poner en riesgo la propia vida. Normalmente aparece en personas insulinodependientes, por lo que es más común en pacientes con diabetes tipo 1.

Sobre todo se suele dar en el debut de la enfermedad, o tras situaciones estresantes como infecciones, aunque también puede aparecer por un descuido en la pauta de administración de insulina.

Debemos estar atentos a cualquier signo de la situación, como mareos, vómitos, sed, aliento afrutado, etc. que nos puedan indicar que está ocurriendo una acidosis metabólica, para así poder pedir atención médica de forma urgente.

Recuerda que si la administración de insulina es correcta estaremos cubiertos de su aparición, incluso si seguimos una dieta tipo cetogénica. La cetosis es un estado normal del organismo en el que podemos entrar y salir con asiduidad, en el que el nivel de cetonas está controlado.

La cetoacidosis, en cambio, es un estado fisiopatológico peligroso que, como he dicho, puede poner tu vida en peligro.

 

Referencias:

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GÓMEZ RIVERA, Norberto, et al. Cetoacidosis diabética en ninos: experiencia hospitalaria. Estudio retrospectivo de 15 años. Boletín médico del Hospital Infantil de México, 2015, vol. 72, no 5, p. 313-317.

FRANCO, Víctor Vera, et al. Cetoacidosis diabética euglucémica asociada al uso de inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa 2. Revista Virtual de la Sociedad Paraguaya de Medicina Interna, 2020, p. 124-130.

NUBIOLA, A.; TERNIANOV, A.; REMOLINS, Imma. Dieta cetogénica como factor desencadenante de cetoacidosis diabética euglucémica en un paciente en tratamiento con iSGLT2. Hipertensión y riesgo vascular, 2020, vol. 37, no 1, p. 39-41.

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